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.Comprobó que estaba muerto antes de arrastrarle por los pies dejando un reguero sanguinolento hasta el interior de la casilla, donde abandonó el cadáver.Un hombre de misterioso pasado había muerto asesinado, pero ¿quién lo había matado? ¿Por qué le habían quitado la vida?Sospechosos• Pedro, un enfermo mental que era atendido en el manicomio junto al que fue asesinado José.Vivía con su familia, pero tenía una dependencia muy importante del centro médico en el cual le atendían, por lo que siempre que se escapaba utilizaba los alrededores del manicomio para ocultarse.Pedro era un enfermo violento y agresivo cuando sufría grandes crisis de su enfermedad.• Eugenio, un ratero conocido de la víctima, con el que coincidía en los bares de la localidad que frecuentaban.Tenía antecedentes policiales por varios hurtos.Aquella misma tarde-noche habían estado jugando al dominó con otros dos jugadores, un compañero de trabajo en el tejar y otro jornalero; todos ellos, en un principio, sospechosos para la policía.• Antonio, un individuo procedente del palpitante pasado de la víctima con quien tenía cuentas pendientes, que había conseguido localizarle después de múltiples gestiones durante muchos años que faltaba del hogar.Antonio y José habían tenido un encuentro, terminado en agria discusión.Pistas• La víctima era un hombre mayor considerado como bondadoso e inofensivo en los lugares que frecuentaba.En varios establecimientos de bebidas solían acogerle y darle comida.Vestía ropas muy humildes, casi andrajos.• Nadie sabía que en otro tiempo José fue propietario de una hacienda de regular importancia y vivía con su esposa y cinco hijos.Un mal día salió huyendo, abandonándolo todo, viéndose obligado a una existencia nómada, sin domicilio ni ingresos fijos.• El cuerpo fue descubierto por unos cazadores que iban en busca de gorriones y estorninos.Tenía puestas unas sandalias muy usadas de suela de neumático, con cintas negras, y se cubría con una zamarra rota por varios sitios.A simple vista se le apreciaban anchas heridas en la cabeza y cara, seguramente producidas por tres o cuatro piedras y pedazos grandes de ladrillos que dentro y fuera de la casilla aparecían manchados de sangre.• Según el informe forense, el cuerpo tenía nueve heridas contusas con fractura de cráneo y de los huesos de la nariz, frente y maxilares, algunas de ellas con proyección de masa encefálica, mortales de necesidad.• Las ropas de la víctima parecían haber sido registradas ya que se encontró uno de los bolsillos vuelto.Pero, a pesar de eso, en el pantalón fue hallada una importante cantidad de dinero que un supuesto ladrón no habría abandonado de buena gana: cerca de treinta pesetas en monedas.• Sin embargo, no se le encontraron al fallecido ni documentos de identidad, ni papeles que acreditaran su domicilio, nombre u oficio.Si era verdad que guardaba algún secreto inconfesable entre sus ropas dentro de un hatillo, había desaparecido.Más sobre los sospechosos• Pedro, el enfermo mental, se había fugado aquella tarde de su casa pudiendo encontrarse en los alrededores del manicomio como era su costumbre.No era normal que atacara a la gente, pero sí podía reaccionar de forma violenta si se veía amenazado, por ejemplo, en el caso de que creyera que iban a sacarle del lugar en el que se hallaba oculto.• Eugenio, el ladrón, había estado con la víctima tomando «calenticos», esto es, coñac caliente con azúcar y limón, hasta altas horas de la noche, y se despidieron, según él, poco antes de que se produjera el crimen.• Antonio, el tercer sospechoso, el «viajero del tiempo», el hombre que se presentaba de nuevo a José procedente de un pasado que quería olvidar, había insistido mucho en aclarar las cosas.Antonio había acabado por pronosticarle grandes peligros si no se avenía a razones.Solución del enigmaEste crimen tuvo lugar el 19 de noviembre de 1961, entre las barriadas barcelonesas de Horta y Valldaura, junto al Manicomio de San Andrés, aproximadamente a las tres y media de la madrugada.La víctima fue José García García, de 65 años, natural de Calasparra, Murcia, de oficio jornalero, y que llevaba en la zona más de 15 años, después de haber abandonado inexplicablemente su hogar, su mujer y sus cinco hijos.Según la investigación policial, el asesino resultó ser Eugenio Ramírez Espinosa, de 31 años, que había pasado la noche jugando al dominó con la víctima y fue la última persona que le acompañó, atacándole en el descampado junto al manicomio.El móvil fue el robo.Consiguió apoderarse de 462 pesetas, dejándole en los bolsillos del pantalón cerca de 30 pesetas para despistar.¿Y qué ocultaba la víctima en su pasado?José García era dueño en su tierra de una hacienda de la que vivía sobradamente con su mujer y sus cinco hijos.Pero 15 años antes del crimen, se dio a la bebida y al juego, abandonando sus negocios [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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